miércoles, 15 de noviembre de 2017

Incendios Forestales

Los incendios forestales queman 156,8 hectáreas este año, 116 de ellas en el Cabo de Gata
En lo que se refiere a las causas, la mayor parte de las mismas se deben a negligencias (58,82%), mientras que el porcentaje de incidentes intencionados es de un 21,57% con origen, en su mayor parte, en actividades agrícolas.
Los incendios forestales sufridos en la provincia de Almería hasta el 31 de octubre han afectado a una superficie de 156,87 hectáreas, de las que 116,62, esto es, el 74,34 por ciento, se corresponden a dos incendios registrados en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar: el de Cala Rajá el 16 de junio que afectó a 30,4 hectáreas, y el de El Pozo de los Frailes, que se inició el 28 de junio y arrasó 86,22 hectáreas.

Así lo ha indicado la Junta en una nota tras la celebración del comité asesor provincial del Plan Infoca, órgano encargado de coordinar las acciones de las distintas administraciones que colaboran en la prevención y lucha contra incendios forestales y que se reúne al inicio y al cierre de la temporada de mayor riesgo de incendios, que este año ha sido prolongada debido a la escasez de precipitaciones.

Hasta el pasado 31 de octubre se han realizado 51 intervenciones forestales, de las que 45 --el 88,24 por ciento de ellas-- quedaron reducidas a conatos, es decir, a siniestros que no alcanzaron la hectárea; mientras que las seis restantes fueron incendios. Estas cifras suponen un 5,58 por ciento del total de intervenciones registradas en la Comunidad Autónoma andaluza en 2017.

En lo que se refiere a las causas, la mayor parte de las mismas se deben a negligencias (58,82 por ciento), mientras que el porcentaje de incidentes intencionados es de un 21,57 por ciento con origen, en su mayor parte, en actividades agrícolas. Otros motivos son los naturales (7,84 por ciento), desconocidos (7,84 por ciento) o accidentales (1,96 por ciento), mientras que el 1,96 por ciento restante está aún bajo investigación.

La delegada de la Junta de Andalucía, Gracia Fernández, ha destacado que a pesar del contexto meteorológico "extremadamente desfavorable" sufrido este año, "la incidencia de incendios forestales en la provincia ha sido escasa" gracias, además, al "buen hacer" del dispositivo Infoca y de las fuerzas y cuerpos de seguridad que "velan porque no se produzcan incendios forestales".

De la misma manera, ha destacado la "colaboración de la sociedad almeriense que, poco a poco, se hace consciente del grave daño que para nuestro medio ambiente y para la seguridad de nuestros vecinos suponen los incendios forestales".

Fernández ha destacado el "esfuerzo" de la Junta de Andalucía para "mantener el alto grado de eficacia del Plan Infoca" a través del "aumento de la inversión" y ha recordado que el presupuesto de Andalucía para 2018 "incrementa en diez millones de euros la partida" relativa a este plan hasta los 168 millones.

martes, 14 de noviembre de 2017

Microplásticos
El agua potable del grifo contiene micropartículas de plástico que pueden resultar nocivas para nuestro organismo. Así lo recogía este miércoles la Cadena Ser, citando a un reportaje publicado por Orb Media; se trata de una exclusiva de esta organización periodística sin ánimo de lucro acorde con una investigación monitoreada por la Universidad Estatal de Nueva York y la Universidad de Minnesota.

El estudio se basa en 159 muestras realizadas alrededor del mundo, en 5 continentes, desde Washington, pasando por Nueva Delhi hasta Ecuador, entre otros. Más del 80% de esas muestras de agua portaban dichos microplásticos.

Se ha demostrado que estos fragmentos son capaces de absorber sustancias tóxicas que pueden estar relacionadas con múltiples enfermedades, incluyendo el cáncer. Una vez se consume este agua, las partículas desprenden su toxicidad acumulada. También pueden llegar a almacenarse en el tracto intestinal y llegar a los ganglios limfáticos.

Estos microplásticos se introducen también en todos los niveles de la cadena de producción alimentaria
Su origen tiene diferentes vías, como por ejemplo: De las prendas de ropa hechas con material sintético, como el poliéster o la lana sintética (que, cuando se lavan en la lavadora, las fibras de estas prendas se van con el agua residual); los residuos vertidos al mar; la pintura que se desprende de barcos e, incluso, coches; o de los gránulos sintéticos que se encuentran en muchos productos de cosmética, como los exfoliantes.

Al ser accesible, implica que dichos microplásticos se introduzcan también en todos los niveles de la cadena de producción alimentaria: esa misma agua se habrá utilizado para producir nuestra comida que compramos en los supermercados o que comemos en los restaurantes, en el agua que compramos embotellada. o en el pescado que consumimos (que, previamente, también ha ingerido este residuo).

Un estudio publicado en la revista Science Advances el pasado mes de julio en el que se concluía que, desde su descubrimiento y aplicación a la vida, hemos generado 8.300 toneladas de plástico, de las cuales solo el 30% sigue en uso (de ese 30, el 9% es reciclado): el resto, acaba como residuo en los océanos.

El plástico no es un material biodegradable, por lo tanto, casi imposible de destruir. Si no se incinera o recicla, se puede descomponer en partes cada vez más pequeñas, hasta alcanzar un tamaño imperceptible al ojo humano.